La vida me está matando
Pretende ser un blog de filosofía existencial, entendiendo este último término como "mientras existimos", y cuyo propósito será aligerar el abrumador tránsito del canal vaginal al canal del desagüe. Amores y desamores; ironía, sarcasmo y amargura; letras, letrillas y letrinas; todo cabe y cabrá en este espacio dedicado principalmente a todos aquellos que están por entrar o que ya superaron la crisis de los cuarenta.
miércoles, 4 de abril de 2012
QUADRI, EL MARXISTA
Por Benedicto Tres Equis/HARF
Antes de que la saturación por las campañas políticas en México le quite a cualquiera el entusiasmo por escribir del tema (y por votar), me gustaría compartir con ustedes las reflexiones que tuve hoy en un inmundo y caluroso pesero.
El panorama es desolador. De todos los candidatos no se hace uno. Los más de treinta millones de DOLARES que les otorgarán a los partidos políticos para que realicen sus campañas para la presidencia, se convertirán en toneladas de basura y en miserables souvenirs para quienes estén dispuestos a pasarse horas en un mitin con tal de obtener alguna baratija... y una torta o un taco; como sucede desde siempre en este país de muertos de hambre, que se conforman con las migajas que les arrojan a la cara y las promesas que les escupen entre ceja y ceja.
Hace unos cuantos días que les soltaron las riendas a los contendientes y la Ciudad de México (y me imagino que el resto del país) ya está tapizada con anuncios de los candidatos ¿Los excesos serían iguales si tuvieran que trabajar por el dinero que se gastan a manos llenas? ¿Cuántas regiones de este país se la pasarían menos mal si esa enorme cantidad de recursos económicos les fuera canalizada? ¿No sería un acto de pudor y de patriotismo que los candidatos y sus partidos se mostraran solidarios (en verdad) con los jodidos? Si así fuera, entonces no tendría ningún chiste... dirían los políticos.
De todos los candidatos NO se hace uno pero sus caras se multiplican y hacen que el panorama ya de por sí aterrador con tanta obra se convierta en una pesadilla. Y fue precisamente viendo la fotografía de Gabriel Quadri que me di cuenta que este tipo es marxista y no me refiero a una ideología política pues dudo mucho que tenga alguna. No sólo sus rasgos faciales y su desparpajada actitud lo podrían vincular con el famosísimo Groucho Marx; su irrupción en la política y sus aspiraciones a la presidencia parecen parte de uno de los hilarantes guiones de las películas de los divertidísimos Hermanos Marx. ¿Duda usted de mis palabras? ¿Qué pensaría de un candidato que decide arrancar sus actos de campaña buceando? ¿No le parece que el salir corriendo de un restaurante sin pagar la cuenta es una rutina que bien podría ser interpretada por Groucho? Como podrá ver, ¡no exagero en mis apreciaciones!
Lo que resulta inquietante respecto a este risible personaje, son las oscuras intenciones que movieron a la infame elba esther gordillo, para postularlo por SU partido y pretender que este pobre tiene posibilidades de lograr algo; incluso en este país en el que alguien como Polo Polo tiene 2 millones de seguidores en twitter. Uno no puede menos que pensar que esta abeja reina del PANAL está tramando algo maquiavélico y por las experiencias pasadas, de ninguna manera será bueno para el país.
domingo, 19 de febrero de 2012
EL "SINSENTIDO" A LA MEXICANA
Por Benedicto Tres Equis
Sin importar el origen, la escolaridad y si se tiene o no pedigrí, los mexicanos tenemos una extraordinaria habilidad para decir una cosa cuando en realidad lo que estamos diciendo es otra cosa completamente distinta o diametralmente opuesta. No en balde la palabra cantinflear está aceptada por el diccionario de la Real Academia y define este verbo como "Hablar de forma disparatada e incongruente y sin decir nada"lo que es un dudoso honor. Los maestros en este arte son los políticos mexicanos, pero cualquier ciudadano de a pie es también un virtuoso de la cantinfleada, cuando se ve en la necesidad de responder a una encuesta... y más si se tiene que plantar frente a una cámara o a un micrófono. La opción de quedarnos callados o simplemente decir "no sé" está descartada, como si se tratara de un sacrilegio o de un delito.
Cuando un mexicano prepara a su interlocutor con un "se lo voy a decir con todo respeto" está dispuesto a decir algo que, sin duda, nada tiene que ver con el respeto: se tratará de una evidente falta de respeto. Lo mismo sucede si alguien te dice "no dudo que usted..." lo que quiere decir es que cuestiona abiertamente tu capacidad para hacer, decir o pensar lo relacionado con el asunto en cuestión. Lo mismo cuando alguien asevera que "no hay bronca" o que "no hay pedo" lo que quiere decir en realidad es que está del todo inconforme con la resolución o con el resultado... y por supuesto que si hay pedo ¿Cómo serán de enloquecidas estas cuestiones en nuestro país, que un presidente tuvo que recurrir a un vocero encargado de interpretar lo que el mandatario quería decir? Y esto que se tomaba a broma o como un chiste, es una dramática y confusa realidad, sobre todo cuando se trata de tomar decisiones importantes, como las que se supone que debe tomar un funcionario de tan alto nivel ¿Cómo se puede tener claridad en las acciones si no hay claridad en el pensamiento? Y es que en esta pregunta yo mismo estoy siendo tramposo y estoy incurriendo en la misma falta a la que me estoy refiriendo en este escrito: no se trata de que el funcionario en cuestión estuviera confundido respecto a sus acciones o que quisiera decir "una cosa por ostra"; existe una extraña perversión en todo esto, decir las cosas al revés se ha convertido en nuestra forma cotidiana de comunicarnos, nosotros lo sabemos y es por ello que a un extranjero le cuesta muchísimo trabajo entendernos. Más allá de las barreras del idioma, está esa forma de comunicación subterránea y maliciosa, tan compleja como el albur que en sus extremos puede llegar a niveles de abstracción insospechados.
Un caso demasiado obvio de todo esto es el comercial de televisión en el que aparece el actor Héctor Bonilla. Lo primero que dice es "y no pertenezco a ningún partido... soy un ciudadano", lo que hace en seguida es criticar a otros partidos y al final el mensaje termina firmado por.... el partido AL QUE PERTENECE el mencionado actor. La obviedad hace insultantes las cosas, como suele suceder con la política en este país.
La naturaleza del doble mensaje en nuestra patria es de una peligrosa sutileza. Sabemos y al mismo tiempo ignoramos lo que nuestro interlocutor quizo decir y eso significa que nunca estamos seguros de qué manera actuará. A un sereno "no hay bronca" le puede seguir una batalla de insospechadas dimensiones... o puede no haber bronca. Y no importa si se trata de un desconocido, de un amigo de toda la vida o de un socio de negocios, nuestra ambigua manera de (in) comunicarnos resulta verdaderamente compleja. Nos movemos en el sinsentido del doble sentido, casi siempre.
viernes, 10 de febrero de 2012
LA ENIGMATICA SONRISA DE DOLORES PADIERNA
Por Benedicto Tres Equis
Mientras los tarahumaras se están muriendo de hambre y padeciendo por la sequía, la Ciudad de México está inundada de basura pre-electoral. Los políticos mexicanos no tienen el menor empacho ni tantito cargo de conciencia por gastarse dinero que no les cuesta ganar. Lo gastan a manos llenas, pues al fin y al cabo "pa' eso es" deben de pensar. Y mientras todos nos quedamos impávidos y sin pronunciar la menor queja, como es nuestra costumbre.
¿Por qué se gastarán tanto dinero en hacer propaganda para informar lo que hicieron, si esa es su obligación? ¿Por qué se gastan tanto dinero en promover lo que van a hacer... si a final de cuentas prácticamente no hacen nada? Estas son de las preguntas que parecen no tener respuesta y que el malogrado IFE no es capaz de controlar.
La política en México es una actividad lamentable y es que los políticos parecen más bien changos que saltan de un mecate a otro; si alguien duda que esto es así, piense en el caso de mario delgado que hace unos años era secretario de finanzas de monsieur ebrard y de ahí pasó a ser secretario de educación de la ciudad de México, para luego convertirse en el supuesto "delfin" de ebrard para ser candidato a la jefatura de gobierno y ahora ser pre-candidato a una senaduría. Y no crea usted que esta trayectoria es de toda una vida, no señor, esto es en un lapso muy, pero muy corto. Así como este cuate delgado, que como secretario de educación se ha dedicado (supuestamente) a promover la lectura, así andan todos por el estilo. Por suerte para ellos el botín es muy, pero muy grande y el cuerno de la abundancia para los políticos parece ser inagotable.
Otra que tiene la ciudad atascada con carteles de su propaganda es dolores padierna. Su enorme sonrisa es verdaderamente enigmática y es que uno que es un ciudadano común y corriente no puede menos que preguntarse ¿de qué se ríe esa señora? ¿De los escándalos en los que se vió involucrada cuando era delegada de Cuauhtémoc y de los que salió impúnemente librada? ¿De los videos en los que su esposo (rené bejarano) fue cachado infraganti recibiendo fajos de billetes? ¿De que, a pesar de lo mencionado, este matrimonio de hampones son de los que "parten el queso" en el prd? O será que esa enigmática sonrisa es sólo el preámbulo de la carcajada que provoca una iniciativa como la del cartel que ilustra esta nota y que reza " Computadoras portátiles para tod@s en secundaria..." Así como lo lee usted de absurdo y sinsentido y como grito de la borracha, parrandera y jugadora que abre las puertas de la cantina de una patada y que exige al cantinero "copas para tod@s... yo pago" y cómo no, si estos sinvergüenzas saben bien que "el prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila" y cuando están en campaña todos son re' simpáticos y hasta disimulan el asquito que les da el abrazar y besar a toda la perrada.
Llámese como se llame, sea hombre, mujer o bestia y pertenezca al partido político que pertenezca, la realidad es que estos bichos no se cansan de sangrar el erario... y lo peor es que no les ponemos un límite.
lunes, 7 de noviembre de 2011
ELECCIONES EN MICHOACAN: POLÍTICOS CHIFLADOS
Por Benedicto Tres Equis/ H®
Al margen del enojo que genera el despilfarro que siempre se ve en las campañas políticas en México, es imposible no hacerse ciertas preguntas
¿Quiénes están más locos, los políticos o sus asesores? ¿En verdad no les da cargo de conciencia ser tan cretinos? ¿A quién creen que engañan con su PROPAGANDA?
Ya bastante raro (por decir lo menos) resulta el hecho de que la candidata para gobernar un Estado sea hermana del presidente mexicano, pero hay que ver lo escandolosamente grosera que resulta la imagen del candidato del pri que aparece en todo momento y en cualquier sitio de internet. Y en esa dirección iban mis preguntas respecto a los políticos, sus decisiones y sus brillantes asesores.
El candidato priista, el infausto señor vallejo figueroa, piensa que su foto con la mirada puesta al infinito... y más allá es suficiente para convencer a los votantes; esa imagen se contradice con el eslogan que reza "Michoacán merece respeto" porque si realmente pesnara eso, no se atrevería a pretender un solo voto con una foto que recuerda la propaganda fascista.
A infausto vallejo en la foto de su campaña se le ve dubitativo, pensando cuestiones como "¿cómo le haré para verle la cara a esta bola de... michoacanos?" o bien "a ver, si llego a la grande, entonces podré hacer como que hago y no hago nada"
Imaginemos la conversación entre infausto y su asesor de campaña:
ASESOR: ¿A poco no quedó como todo un patricio en la foto, patrón?
INFAUSTO: La verdad si parezco un auténtico prócer.
ASESOR: Yo le dije que ese fotógrafo que tenemos lo iba a hacer ver con harta personalidad.
INFAUSTO: Me veo re' te seguro... no sé de qué
ASESOR: Fíjese como a la gente la pusimos borrosa, porque la estrella es usted.
INFAUSTO: Me gusta, me gusta... y no me hace falta un copetote ¿verdad?
Y así se podían seguir con elogios ahacia su persona e insultos hacia quienes le pagan. Ni hablar
Al margen del enojo que genera el despilfarro que siempre se ve en las campañas políticas en México, es imposible no hacerse ciertas preguntas
¿Quiénes están más locos, los políticos o sus asesores? ¿En verdad no les da cargo de conciencia ser tan cretinos? ¿A quién creen que engañan con su PROPAGANDA?
Ya bastante raro (por decir lo menos) resulta el hecho de que la candidata para gobernar un Estado sea hermana del presidente mexicano, pero hay que ver lo escandolosamente grosera que resulta la imagen del candidato del pri que aparece en todo momento y en cualquier sitio de internet. Y en esa dirección iban mis preguntas respecto a los políticos, sus decisiones y sus brillantes asesores.
El candidato priista, el infausto señor vallejo figueroa, piensa que su foto con la mirada puesta al infinito... y más allá es suficiente para convencer a los votantes; esa imagen se contradice con el eslogan que reza "Michoacán merece respeto" porque si realmente pesnara eso, no se atrevería a pretender un solo voto con una foto que recuerda la propaganda fascista.
A infausto vallejo en la foto de su campaña se le ve dubitativo, pensando cuestiones como "¿cómo le haré para verle la cara a esta bola de... michoacanos?" o bien "a ver, si llego a la grande, entonces podré hacer como que hago y no hago nada"
Imaginemos la conversación entre infausto y su asesor de campaña:
ASESOR: ¿A poco no quedó como todo un patricio en la foto, patrón?
INFAUSTO: La verdad si parezco un auténtico prócer.
ASESOR: Yo le dije que ese fotógrafo que tenemos lo iba a hacer ver con harta personalidad.
INFAUSTO: Me veo re' te seguro... no sé de qué
ASESOR: Fíjese como a la gente la pusimos borrosa, porque la estrella es usted.
INFAUSTO: Me gusta, me gusta... y no me hace falta un copetote ¿verdad?
Y así se podían seguir con elogios ahacia su persona e insultos hacia quienes le pagan. Ni hablar
jueves, 3 de noviembre de 2011
EL ORIGEN DE LAS COLAS EN LOS SUPERMERCADOS
Por Benedicto Tres Equis /H®
Inevitablemente uno llega a una edad en la que los recuerdos y la memoria forman parte importantísima de la vida porque se toma conciencia de ellos: son nuestro equipaje y son nuestra sombra. El problema de vivir en una época en la que los cambios provocados por la tecnología modifican vertiginosamente nuestras existencias, casi invalida la famosa frase "en mis tiempos..." porque ahora resulta que un joven de 18 años podría afirmar que, cuando él era niño, los ipod no existían; o una persona de sólo 30 años puede asegurar que veía sus películas favoritas en videocassetes (que prácticamente ya no existen) en formato beta (que hace muchísimo tiempo dejó de existir).
Todo esto lo traigo a cuento porque hay una cuestión que no me ha permitido dormir desde hace bastante tiempo: ¿por qué los cajeros de los supermercados son tan tardados? Y es aquí donde tengo que emplear la famosa frase "en mis tiempos".
En mis tiempos ir al supermercado no era una tarea abrumadora en lo que a selección de alternativas se refiere. La vida era más simple y comprar un litro de leche, por ejemplo, no era una situación que te pudiera llevar a un colapso pensando si es mejor light, descremada, deslactosada, semidescremada, etc, etc. Lo curioso de todo es que la oferta ha crecido enormemente, pero los supermercados siguen siendo del mismo tamaño, al menos así es en el caso del súper al que yo iba cuando era niño.
Pero volviendo al asunto que me ha desvelado (el de los cajeros) resulta que en mis tiempos sólo había cajeras mujeres y efectuaban una serie de tareas que hacían comprensible la tardanza: no había bandas que movieran todos los productos hasta donde se encontraban ellas; tenían que revisar cada etiqueta y teclear el precio en la registradora procurando no equivocarse; y lo más inaudito era que, si alguien pagaba con tarjeta de crédito (las de débito no existían) ellas tenían que planchar la tarjeta, es decir utilizar un aparato mecánico para que el plástico se imprimiera sobre el pagaré y después revisar un libro con números microscópicos que enviaban los bancos reportando las tarjetas de crédito que ya no tenían eso precisamente... crédito. Por supuesto el concepto "caja rápida" no existía y si corrías con la mala suerte de que te tocara una fila en la que a dos o más personas se les ocurriera pagar sus compras con tarjeta, pues ya tenías un buen rato para entretenerte.
Entre las cosas que no ha podido modificar la tecnología es la famosa Ley de Murphy que siempre ha aplicado en los súpers, pues cuando tienes más prisa seguramente eligirás la fila en la que está el cajer@ más tardado, el más torpe o el primerizo que está recibiendo la capacitación bajo el estricto ojo aleccionador de su capacitador.
¿Ahora comprende usted, amable lector, por qué este asunto de las colas en los supermercados no me ha dejado dormir? ¿cómo se podría simplificar aún más la labor de un cajer@ de un súper? No me lo imagino.
lunes, 31 de octubre de 2011
INDIVIDUALIDAD COMUNITARIA SIN CRISIS DE IDENTIDAD
Por Benedicto Tres Equis/H®
Generalmente transitar por las calles requiere de una gran concentración, ya sea como conductor o como peatón es importante andar siempre a las vivas, pues no falta el que nos embiste con su auto o el que nos quiere pasar por encima aunque no tenga cuatro ruedas. La verdad es que se requiere de una gran pericia y un extraordinario valor para salir a las calles y, por lo mismo, es difícil prestar atención a lo que nos rodea.
El otro día, sin bajar del todo la guardia respecto a mi seguridad peatonal, pude poner atención a algunos jóvenes que vi en la calle. Por ejemplo una pareja de mujeres que parecían no darse cuenta de que eran exactamente iguales... aunque cada una de ellas se sentía única.
Cada una de ellas traía cargando una imagen de san judas tadeo y era evidente que regresaban de la iglesia del santo del mismo nombre (este asunto que ocurre cada día 28 de todos los meses me parece una aterradora y fanática moda que poco o nada tiene de devoción y espiritualidad) las dos lucían enormes arracadas prendidas de las orejas, sus maquillajes eran realmente cargados, multicolores y casi iguales; sus peinados eran prácticamente idénticos; vestían ropa muy similar en lo que ellas consideraban el último grito de la moda y su aletargada actitud hacía pensar que la una veía a la otra en un espejo.
Lo más increíble de todo es que las dos mujeres eran diametralmente opuestas en lo que al físico se refería: una era chaparrita y la otra era alta (o al menos parecía alta ante la insignificante estatura de su compañera) la pequeña era muy esbelta, mientras que la otra era gorda (y parecía aún más gorda por el contraste que hacía junto a la otra) una era de tez muy, muy morena mientras que la otra era más bien blanquita; su mímica era muy similar.
Era como si estuvieran en un espejo, con lo que eso representa, ya que el lado izquierdo de la una se convertía en el lado opuesto de la cara de la otra... por lo que era la misma cara, pero al revés. Las dos se sentían únicas e irrepetibles y no les importaba tener enfrente a su propia caricatura.
Además del maquillaje y los accesorios, su actitud y sus acciones eran exactamente las mismas: las dos enviaban mensajes por su teléfono; cuando entraba una llamada el timbre era el mismo y contestaban de la misma manera ¿cuánto tiempo pasarían juntas para ser tan idénticas? ¿O no será necesario?
Lo más curioso de todo este asunto es que parecían apreciar mucho esa pertenencia a un clan de dos y se veían muy satisfechas con esa extraña individualidad comunitaria
Generalmente transitar por las calles requiere de una gran concentración, ya sea como conductor o como peatón es importante andar siempre a las vivas, pues no falta el que nos embiste con su auto o el que nos quiere pasar por encima aunque no tenga cuatro ruedas. La verdad es que se requiere de una gran pericia y un extraordinario valor para salir a las calles y, por lo mismo, es difícil prestar atención a lo que nos rodea.
El otro día, sin bajar del todo la guardia respecto a mi seguridad peatonal, pude poner atención a algunos jóvenes que vi en la calle. Por ejemplo una pareja de mujeres que parecían no darse cuenta de que eran exactamente iguales... aunque cada una de ellas se sentía única.
Cada una de ellas traía cargando una imagen de san judas tadeo y era evidente que regresaban de la iglesia del santo del mismo nombre (este asunto que ocurre cada día 28 de todos los meses me parece una aterradora y fanática moda que poco o nada tiene de devoción y espiritualidad) las dos lucían enormes arracadas prendidas de las orejas, sus maquillajes eran realmente cargados, multicolores y casi iguales; sus peinados eran prácticamente idénticos; vestían ropa muy similar en lo que ellas consideraban el último grito de la moda y su aletargada actitud hacía pensar que la una veía a la otra en un espejo.
Lo más increíble de todo es que las dos mujeres eran diametralmente opuestas en lo que al físico se refería: una era chaparrita y la otra era alta (o al menos parecía alta ante la insignificante estatura de su compañera) la pequeña era muy esbelta, mientras que la otra era gorda (y parecía aún más gorda por el contraste que hacía junto a la otra) una era de tez muy, muy morena mientras que la otra era más bien blanquita; su mímica era muy similar.
Era como si estuvieran en un espejo, con lo que eso representa, ya que el lado izquierdo de la una se convertía en el lado opuesto de la cara de la otra... por lo que era la misma cara, pero al revés. Las dos se sentían únicas e irrepetibles y no les importaba tener enfrente a su propia caricatura.
Además del maquillaje y los accesorios, su actitud y sus acciones eran exactamente las mismas: las dos enviaban mensajes por su teléfono; cuando entraba una llamada el timbre era el mismo y contestaban de la misma manera ¿cuánto tiempo pasarían juntas para ser tan idénticas? ¿O no será necesario?
Lo más curioso de todo este asunto es que parecían apreciar mucho esa pertenencia a un clan de dos y se veían muy satisfechas con esa extraña individualidad comunitaria
lunes, 17 de octubre de 2011
NI STARBUCKS NI JAROCHOS
Por Benedicto Tres Equis
Aunque México se encuentra entre los primeros lugares de países productores de café, la realidad es que en nuestro país no hay lo que podría llamarse una auténtica cultura del café. Seguramente se venden más frascos de nescafé que kilos de café en grano y el consumo está más relacionado con la moda que con el paladar.
Existen varios ejemplos que avalan este argumento, uno de ellos es sin duda el caso de las cafeterías de El Jarocho. Originalmente molino de café y más bien opción para estudihambres porque en sus inicios sus precios eran accesibles y con una ubicación privilegiada, en el corazón de Coyoacán, me parece que el prestigio de El Jarocho está basado en una especie de leyenda urbana y no en el sabor de los cafés que ahí se pueden tomar. Lo curioso es que la fama que tiene es tan grande que, aparentemente, nadie se atreve a decir lo contrario. No dudo que a quien llevan a tomar café a algún Jarocho por primera vez con la promesa de que probará algo realmente "delicioso", se acobardará y no podrá contradecir a quien tan amablemente lo quiere iniciar en tan coyoacanense costumbre. Además, vivímos en un país en el que, si la mayoría dice que es bueno, resulta de mala educación llevar la contra... o quejarse o manifestar un desacuerdo.
Resulta que el café de banqueta de El Jarocho, que era la opción para quienes no podían o no querían ir a sentarse a algún vips o a algún sanborns, es ahora una incómoda y aglomerada tradición. La neta es que el sabor de esos brebajes no vale la pena, pero quizá lo que cuenta es sentir que se pertenece a una fauna con un incierto estatus pseudointelectual.
Pero si hablamos de modas cafeteras, ni modo de no hablar de starbucks. No podemos negar que los gringos saben hacer bien las cosas y han sabido venderle al mundo "la experiencia" de tomar café. La realidad es que el café que ofrecen es casi tan malo como el de El Jarocho, pero el chiste está en que lo venden mucho más caro. Casi no hay adolescente con aspiraciones de ser alguien en la vida de su círculo de amigos que no sueñe con vivir la "experiencia" que le promete starbucks cuantas veces le sea posible; lo cual dependerá de su habilidad para gorrear o de el poder adqusitivo de sus papás.
La verdad no sé cómo será esa "experiencia" starbucks en otros paises, pero aquí se ha convertido en algo vano, arribista y pretensioso. Como suele suceder en México no importa si el café es bueno o no; tampoco se debe de dar demasiada importancia a si los precios son exorbitantes; es más ni siquiera es imprescindible el que te guste el café... lo importante es estar ahí y que te vean.
Pero la petulancia no se limita a los cafenautas que circulan por los starbucks como clientes, los empleados que los atienden creen que son una especie de raza elegida o les fueron lavados los cerebros y eso les hicieron creer. La verdad es que a veces he pensado, por su actitud, que se trata de excéntricos millonarios que están cumpliendo una manda o socios de la empresa que están ahí para vigilar que las cosas funcionen como dice el manual pues de no ser así podrían perder millones de dólares.
Su actitud es tan detestable como el café que venden. Hace poco me citaron para una junta en un starbucks, no me quedó más remedio que pedir un café, pero la cajera estuvo a punto de saltar de atrás del mostrador, tomarme del cuello y obligarme a que le pidiera un café "largo" y no chico como yo neciamente insitía.
Aunque México se encuentra entre los primeros lugares de países productores de café, la realidad es que en nuestro país no hay lo que podría llamarse una auténtica cultura del café. Seguramente se venden más frascos de nescafé que kilos de café en grano y el consumo está más relacionado con la moda que con el paladar.
Existen varios ejemplos que avalan este argumento, uno de ellos es sin duda el caso de las cafeterías de El Jarocho. Originalmente molino de café y más bien opción para estudihambres porque en sus inicios sus precios eran accesibles y con una ubicación privilegiada, en el corazón de Coyoacán, me parece que el prestigio de El Jarocho está basado en una especie de leyenda urbana y no en el sabor de los cafés que ahí se pueden tomar. Lo curioso es que la fama que tiene es tan grande que, aparentemente, nadie se atreve a decir lo contrario. No dudo que a quien llevan a tomar café a algún Jarocho por primera vez con la promesa de que probará algo realmente "delicioso", se acobardará y no podrá contradecir a quien tan amablemente lo quiere iniciar en tan coyoacanense costumbre. Además, vivímos en un país en el que, si la mayoría dice que es bueno, resulta de mala educación llevar la contra... o quejarse o manifestar un desacuerdo.
Resulta que el café de banqueta de El Jarocho, que era la opción para quienes no podían o no querían ir a sentarse a algún vips o a algún sanborns, es ahora una incómoda y aglomerada tradición. La neta es que el sabor de esos brebajes no vale la pena, pero quizá lo que cuenta es sentir que se pertenece a una fauna con un incierto estatus pseudointelectual.
Pero si hablamos de modas cafeteras, ni modo de no hablar de starbucks. No podemos negar que los gringos saben hacer bien las cosas y han sabido venderle al mundo "la experiencia" de tomar café. La realidad es que el café que ofrecen es casi tan malo como el de El Jarocho, pero el chiste está en que lo venden mucho más caro. Casi no hay adolescente con aspiraciones de ser alguien en la vida de su círculo de amigos que no sueñe con vivir la "experiencia" que le promete starbucks cuantas veces le sea posible; lo cual dependerá de su habilidad para gorrear o de el poder adqusitivo de sus papás.
La verdad no sé cómo será esa "experiencia" starbucks en otros paises, pero aquí se ha convertido en algo vano, arribista y pretensioso. Como suele suceder en México no importa si el café es bueno o no; tampoco se debe de dar demasiada importancia a si los precios son exorbitantes; es más ni siquiera es imprescindible el que te guste el café... lo importante es estar ahí y que te vean.
Pero la petulancia no se limita a los cafenautas que circulan por los starbucks como clientes, los empleados que los atienden creen que son una especie de raza elegida o les fueron lavados los cerebros y eso les hicieron creer. La verdad es que a veces he pensado, por su actitud, que se trata de excéntricos millonarios que están cumpliendo una manda o socios de la empresa que están ahí para vigilar que las cosas funcionen como dice el manual pues de no ser así podrían perder millones de dólares.
Su actitud es tan detestable como el café que venden. Hace poco me citaron para una junta en un starbucks, no me quedó más remedio que pedir un café, pero la cajera estuvo a punto de saltar de atrás del mostrador, tomarme del cuello y obligarme a que le pidiera un café "largo" y no chico como yo neciamente insitía.
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