Por Benedicto Dos Equis
Entre los muy interesantes e informativos comerciales con los que los partidos políticos están divirtiendo a la ciudadanía con vistas al próximo 5 de julio, están los de nuestro presidente legítimo, certificado con ISO 9000 y con motitas azules que convencen mejor, André Manué Lópe Obradó. La campaña legítima consta de varios comerciales en radio y televisión que, curiosamente, no firma el PRD sino el Partido del Trabajo y Convergencia. Porque Dios es grande, no he visto ninguno de tele, pero uno de los comerciales de radio me ha llevado a profunda reflexión: en el spot se oye a dos señoras quejándose amargamente de que muchos jóvenes se queden sin educación. La charle de las ñoras es interrumpida por la voz de un joven que dice algo como “oye, amá, ya me voy a la calle a hacerla de payaso a ver si saco unos presos”. Ante el triste destino de su vástago una la las señoras comenta que estaríamos mejor con López Obrador. Allí es cuando entra el súper héroe de los desheredados y afirma que su proyecto sigue vivo y que hay que salvar a México entendiéndose, claro, que la salvación es él. Este anuncio, me parece, tiene un error de fondo.
¿Por qué se molesta Lópe Obradó de que el joven por falta de estudios tenga que dedicarse a hacerla de payaso en los semáforos cuando el lleva tres años haciendo lo mismo como presidente legítimo? Si hasta parece el patiño de Brozo, el Payaso Tenebroso
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