Ayer estaba formado en una larga fila para contribuir con un granito de arena para que mr. Slim siga siendo uno de los hombres más ricos del mundo, orgullo de todos los mexicanos que habitamos en sus territorios, paladín reconstructor del Centro Histórico y filántropo muy poco flexible con los tiempos de la cobranza, pues ahora si dejas de pagar el teléfono en la fecha indicada te lo bloquean para hablar y si te retrasas un par de días más, te hacen pasar la indecible vergüenza de que una vocesita electrónica le avise a quien te llama que eres un jodido que no ha tenido ni para pagar el teléfono. Y vaya que sus métodos son efectivos, pues gracias a ese tipo de balconeadores mecanismos psicológicos se activa la premura para pagar las cuentas pendientes y engordar la cartera del ingeniero.
El caso es que la fila era bastante larga y el tiempo para realizar el cobro era más que prolongado. Fue entonces que una voz, en un español sumamente limitado por un acento de lengua indígena, hizo el anuncio y la aclaración de la causa de tanta tardanza cuando dijo: "Se cayó el sistema" Esa frase que llevó a Salinas de Gortari a la presidencia se ha convertido en el argumento técnico que explica para los mexicanos cualquier misterio y despeja cualquier duda desde 1988. Y es que no importa cual sea el nivel de analfabetismo tecnológico de quien la pronuncia, tampoco es relevante ni necesario saber qué hace o cómo funciona un "sistema" y ni siquiera es indispensable saber qué demonios es una computadora. La frase lo explica y solapa todo, resulta un excelente pretexto e invalida y hace tonta e ignorante cualquier queja o molestia en contra: quien enarbola semejante argumento suena contundente y no acepta el menor cuestionamiento.
"Se cayó el sistema" es la frase que abarca todo y nada, es el sueño de todo escritor del realismo mágico y si el clero contara con un argumento tan extremo, podría prescindir del concepto del infierno y de muchas otras sanciones que por supuesto no son aplicables a sus curas pederastas. La verdad es que no sé porque no la reciclaron en las cuestionadas elecciones del 2006 en México, a casi 20 años de haber sido esgrimida por el gánster de Bartlet, (pues ni siquiera fue él el autor del concepto pues seguramente la acuñó alguno de sus esbirros cibernéticos y sólo fue popularizada por ese intachable ex secretario de Gobernación) habría funcionado sin ningún problema porque sigue siendo tan verídica y misteriosa como en ese entonces y, en todo caso, más creíble o menos absurda que ese supuesto .56% que le dio la victoria a Calderón. En fin, lo que sería maravilloso hablando de la política y los políticos de este país, en estas elecciones y en todo momento, sería escuchar la frase "Se calló el sistema".
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