Reacio a entender con argumentos, el licenciado Gerardo Fernández Noroña debe ser forzado a volver a su jaula cada vez que escapa para jugar al diputado chinganadaquedito. Helo en la gráfica de arriba haciendo una de sus clásicas rabietas cuando un cuidador del Zoológico de Chapultepec lo lleva a rastras una vez que ha fallado el truco de lanzarle cacahuates. El licenciado Fernández es lo que se conoce como un Neardethalis Diputadensis; en su caso es de la especie Neardethalis Diputadensis Noroñae que se deriva de la sub especie Neardethalis Mesianensis Amloae junto con otro ejemplar igualmente repugnante: el Neardenthalis Rollensis Batrea. Ya del Neardenthalis Ligensis Bejaranae ni hablamos; y de su pareja, la Neardenthalis Buenonensis Padiernai ni pensamos: no pensamos en esta sub especie con taparrabos y en pelos hasta arcadas dan.
Todas estas criaturas tienen un ancestro en común: El Hombre de Neardethal, entrañable ser que, como vemos en esta foto de estudio, es un ser infinítamente superior y docil.
Una criatura de aspecto bondadoso que se pasaba la vida matando mamuts y tigres dientes de sable, que eran como los gatos comunes pero estos sí no se andaban con mamadas. El Hombre de Neardenthal desapareció o más bien involucionó: se transformó en criaturas horripilantes como las mencionadas al principio y que, por sus características evolutivas, son muy difíciles de erradicar. Es más se ha intentado con boro y hasta les gustó. Igual en una de esas se les obliga a comer caviar y tomar champaña y tal sofisticación gastronómica les provoca una intoxicación que, en una de esas, no los mata pero los civiliza... Uno nunca sabe.
-Hola, Benedicto Tres Equis, saluditos: ahora me lanzo de actor, ¿qué tal? Te quiere, Juanito.
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