Dicen los que saben que los políticos son aquellos capaces de tragarse un sapo diario. Sí, y por lo visto, a veces el sapo va remojado en caca fresca. Si no, vea nomás el batracio fecalizado que se tuvo que tragar el flamante secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio. A propósito de la maestra Elba Esther Gordillo dijo, seguramente mordiéndose la lengua: “Hoy tuve oportunidad de saludar a la maestra Gordillo. Fue una conversación breve y cordial en la que nos comprometimos a vernos próximamente, una vez que pase la Semana Santa. La maestra fue muy amable conmigo, fue una dama, y eso yo lo aprecio como un gesto que, sin duda, posibilita un arranque cordial en la relación que voy a tener con ella". Cheque su merced a "la dama", nomás no se ría.
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