Por Benedicto Tres Equis
Entre los daños colaterales que traerá esta ya controvertida y cuestionada virulencia, está el ya ocasionado al sector turístico, en todo el país y particularmente en la Ciudad de México. Se habla de que sólo en el Distrito Federal, las pérdidas ascienden a más de 3 mil millones de pesos por el cierre de restaurantes, bares, antros, centros de espectáculos, museos, etc. Se ha registrado una baja de 80% y una cancelación diaria del 25% de vuelos, entradas y reservaciones en toda la ciudad. Esas son las cifras, pero hay otras cuestiones que habría que revisar:a) La Secretaría de Turismo del D.F. manejó hasta hace poco tiempo un slogan que decía Bésame Mucho, con un gráfico de unos carnosos labios ¿Fueron visionarios y lo cambiaron antes de que estuviera estrictamente prohibido todo contacto humano, gracias a la influenza humana (antes porcina)?
b) ¿Sería suficiente colocar un inútil tapabocas en el mencionado logotipo?
c) A las autoridades federales no se les ha ocurrido pensar el abrir una línea de investigación, considerando que el brote de este virus pudo tener su origen en aquel nada higiénico y multitudinario beso que organizó esta secretaría el pasado 14 de febrero, con la única y frívola intención de romper un récord Guinness.
d) ¿Los responsables de la secretaría de Turismo del D.F. estarán muy agradecidos con las medidas extremas y precipitadas tomadas por su jefazo o las considerarán fuego amigo?
Por cierto que el mencionado logo fue cambiado por el ganador de un concurso que estuvo lleno de pifias, entre dudosos juicios y arrebatadas decisiones. Finalmente resultó un ganador, pero me enteré hace poco que el logo ganador (de un millón de pesos, por cierto) tendría que ser rediseñado pues no cumplía con las características necesarias para su comercialización. En fin, creo que por lo pronto este es el menor de los problemas que tiene esta secretaría.
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