Por Benedicto Tres Equis
De nuevo la iglesia católica da la nota y publican fotos de un curita fajándole alegremente a una devota mujer en las playas de Miami. Lo extraño de la noticia es que, al parecer, esta vez no se trata de un menor de edad, pues la muchacha se ve ya bien desarrolladita. Este cura cachondo al cual pescaron revolcándose en las playas del Señor y practicando varias posiciones, entre ellas la del Misionero, por supuesto, es famoso en gringolandia porque desde hace tiempo ha tenido diferentes programas de televisión. Aunque en principio la noticia parece escandalosa, cuando observamos sus actividades entendemos por dónde va la cosa. Por ejemplo, publica una columna que se llama "Consejos de amigo"¿quién puede asegurar que no estaba aconsejando a la dama que le hacía compañía la mejor manera de encontrar sus zonas erógenas y su punto G? También promueve un libro suyo titulado "Ama de verdad, vive de verdad" por lo que es evidente que todo este asunto de los arrumacos en la playa no son otra cosa que investigación para escribir la segunda parte del libro y, además, es director de una estación llamada Radio Paz ¿No dicen que hay que hacer el amor y no la guerra?Lo que me parece que está de la fregada es que, otra vez, las autoridades eclesiásticas solapan y encubren a sus huestes infractoras... de sus propias leyes!, pues la vocera de la arquidiócesis, una tal Mary Ross Agosta (que vaya usted a saber de qué pie cojea) calificó al Padre Alberto como un cura maravilloso y dijo que" se encuentra en un viaje con una misión espiritual" lo que no especificó es si ese viaje es producto de psicotrópicos y si en el mismo va acompañado de un par de doncellas. En lo que tampoco fue muy clara la vocera, en sus elogios al curita, fue al hacer referencia a que es tiempo de orar... ¿o de oral?.
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