¨Qué idiota. Sí, lo hicimos algunas veces, pero le compré un nuevo par de pantalones, lo alimenté, le di de beber y hasta algo de dinero cuando lo liberé".
Esa es la declaración que hizo la joven estilista rusa a la policía después de ser acusada de violación por un asalatante que entró a la estética donde ella trabajaba.
Cuando al final lo soltó el muy marica fue al hospital a que le curaran los magullones en salva sea la parte y luego fue a la policía. Cuando la arrestaron, ella a su vez lo acusó de asalto. Al parecer los dos van al bote.
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