domingo, 23 de enero de 2011

¿TIENE CASO HABLAR DE KALIMBA?


Por Benedicto Tres Equis
Ya ha transcurrido prácticamente un mes de que "el caso kalimba" tiene ocupada a la opinión pública mexicana. No han importado las alzas de los precios, los titulares de masacres y descabezados han pasado a segundo término y de lo que sucede en el mundo casi no hay quien se ocupe, pues los medios se han encargado de obsesionar al público con un asunto que se tendría que resolver sólo en los tribunales.
Para abrir boca los noticieros matutinos destinan una serie de notas para apuntar, recapitular y enjuiciar. Lo mismo sucede con los programas matutinos de entretenimiento, los cuales no se caracterizan por tener conductores superdotados en lo que a intelecto se refiere, y son ellos los encargados de, nuevamente apuntar, recapitular y emitir valiosísimos y sesudos juicios de valor, en favor del cantante, la mayoría de las veces.
Son impresionantes las dimensiones mediáticas que ha tomado este asunto: mientras televisa ha entrevistado "en exclusiva" a la víctima, tv azteca se ha encargado de difundir a toda hora el testimonio de "la amiga" que acompañaba a la víctima el día de los hechos. Se supone que está prohibido que aparezcan a cuadro los rostros de personas menores de edad, prohibición que acató televisa pues en la entrevista a la víctima, ésta apareció de espalda y nunca se le vió la cara.tv azteca ha exhibido tofdo el tiempo la cara de la joven que se la ha pasado dando testimonios acerca de las disipadas costumbres de la que ahora debe ser su ex-amiga y defendiendo a capa y espada la inocencia de kalimba, asunto que resulta bastante extraño pues al parecer ella se encontraba ocupada en otro cuarto del hotel (donde ocurrieron los hechos) dando rienda suelta a su líbido en tremendo acostón con tres individuos al mismo tiempo.
El  caso es que el duopólio televisivo mexicano no pierde oportunidad de convertir en un reality show cualquier noticia que así convenga a sus intereses. La que antes era una guerra por el raiting, ahora parece una alianza concertada. Por supuesto el gobierno agradece y premia los esfuerzos de las televisoras por mantener al público bien entretenido y absorto en un asunto que a ellos les da un respiro y la oporunidad de, otra vez, hacer lo que les viene en gana.