lunes, 26 de julio de 2010

Por Benedicto Dos Equis



Los agoreros de la catástrofe vaticinan, desde hace rato, que este acongojado país cada 100 años tiene que vivir una convulsión armada: en 1810, la Independencia; en 1910, la Revolución; ¿y ahora? Hasta ahora nada ha pasado, dicen los optimistas que nunca faltan. ¿No pasa nada? ¿Qué acaso no estamos en una guerra contra el narco? Las cosa es que la gente no lo nota porque los narcos, muy narcos pero andan con pura emboscada y no han tenido la visión estratégica que les permita ver que una gran batalla contra el ejército mexicano les daría una gran imagen, gran prestigio; siempre que ganen claro.
Supongamos que, para celebrar el Bicentenario, se entra en contacto con el jefe de jefes de de la Confederación Nacional de Cárteles Juventino La muñeca sicótica Estévez y se le reta a una gran batalla del ejército mexicano contra ellos. En caso de aceptar, se escoge el teatro de operaciones y una fecha y hora. Yo me inclinaría por algún llano del Estado de Hidalgo de buen tamaño, digamos por allí de 400 hectáreas. El extremo poniente le toca a la confederación narca y el lado oriente al ejército. El llano estaría rodeado por colinas, ríos y montañas que permitan movimientos tácticos. Y así el día y a la hora fijada iniciarían las hostilidades:


En la llanura de El Tresbolillo, a 86 kilómetros al Norte de Pachuca, dos contingentes armados se han acomodado de tal manera que forman un frente de alrededor de siete kilómetros de largo por unos cuatro de fondo; como durante las guerras napoleónicas sólo que con armamento algo más moderno. Comandando al Ejército Nacional se encuentra el general de división Amaro Retes Mayoral, Diplomado de Estado Mayor y egresado del curso de mando avanzado de Fort Bragg, Carolina del Norte. Tiene bajo sus órdenes cuatro brigadas y tres compañías que no hacen una división, pero hay que tomar en cuenta que los elementos restantes desertaron y se encuentran en el bando de enfrente que ofrece y mejores sueldos por no hablar de las prestaciones. El narcoejército es dirigido por Enedino La muñequita Mayoral, temible jefe de sicarios de la Confederación Nacional de Cárteles, sindicato del crimen organizado surgido ante la necesidad de enfrentar al ejército nacional, la AFI y la PFP y la DEA.

A las 11:30 de la mañana, un clarín toca inicio de hostilidades. El general Retes ordena al Coronel Infante que con dos compañías se dirija al flanco derecho del enemigo, cosa que se logra si toma el cauce seco del arroyo Suspiro Lamentoso hasta llegar a la quebrada del Nahual. Luego baja por la por la ladera norte del cerro Sombrerito Ladeadón hasta llegar al llano de Socorro Díaz, con lo que, con tan sólo subir el montículo Llama Azul les cae a los narcos por la derecha.
Cuando Retes va a empezar a darle sus órdenes al Capitán McNeal Mendoza, llega apresurado el Subteniente de Dragones del Heroico Colegio Militar y solicita permiso para abrir las hostilidades con una carga de caballería. Retes, hombre generoso, lo observa con simpatía y con cierta dulzura le pregunta:
-¿De cuál fumó, capitán?
-Pero mi general –quiso decir el teniente…
-No coma ansias, teniente –lo interrumpió el general- va a echarse su carga, sólo deje que se los ablandemos con algunas salvas con los cañones del 50.5 y varias pasaditas de los F5.
Enseguida Retes le ordena a McNeal Mendoza atacar la retaguardia narca. Deberá seguir el sendero a la Hacienda Carrasco, procurando no levantar polvo. De la Hacienda rodear el Falo de Morales, sin presumir nada, y al terminar emboscarse en la floresta de Albricia Roldán hasta esperar la orden de atacar.

A la hora en punto, en una rápida secuencia Retes ordena soltar la batería de piezas del 50.5 que se extienden por todo el frente; todavía no salían del terror y el polvo los narcos cuando aparecieron los F5 y, justo después de que pasaron sobre su cabeza, Retes soltó a los dragones por pura puntada romántica; después de que las bombas de los F5 hicieron sus estragos, Coronel Infante y McNeal Mendoza atacaron por el flanco y la retaguardia a un contingente narco muy disminuido, muy incrédulo y algo indignado:

-Valdivia –ruge La muñequita Mayoral, dirigiéndose a un a La perra Septién-, llama a la Comisión Nacional de Derechos Humanos y quéjate de que no nos están respetando nuestras garantías individuales.
En este momento el ejército mexicano les cayó por el flanco y la retaguardia: muchos narcos huyeron hacia delante, donde, a todo galope, venían los Dragones con sus sables punta al frente listos para cercenar cabezas…
Al frente del contingente nacional, Retes sonreía con satisfacción:
-No que muy cabrones, pinches narcos, ¡bien putitos que son!
Celebremos, así, el Bicentenario.

¡Compañeros diputados!

Por Benedicto Dos Equis


El diputado Amaro Aispitia caminó solemne por el pasillo central del magno recinto de San Lázaro. Con paso solemne y actitud grave subió las escalinatas hasta quedar acomodado en la máxima tribuna del país. Lentamente recorrió las bancadas con la vista, se aclaró la garganta y con una voz que denotaba urgencia exclamo:
-Compañeros diputados, compañeras diputadas, México vive tiempos apremiantes. Momentos dramáticos en los que cual, Jinetes del Apocalipsis modernos, los males que afectan a la República están causando tales estragos en el tejido social que auguran calamidades inimaginables –el diputado Aispitia se detuvo un momento a tomar lo que parecía agua pero que era tequila de su Tierra-. Es por ello que desde esta honorable tribuna propongo la formación de un Gobierno Trigarante

-Será un triunvirato, compañero diputado- señaló un legislador de otro partido.
- Y, ¿hay alguna diferencia? –respondió Aispitia con cierta indignación- por eso estamos en este estado de zozobra; nomás propone uno una solución, y no falta el que busca reflectores en lugar de soluciones… Por favor secretario técnico: mándeme registrar en derechos de autor esta última parte de mis palabras, ya que es un concepto de un virtuosismo subido, y lo digo con modestia. Y no, compañero diputado, no he errado, dije trigarante, e insisto en ello.
-Estimado compañero Aispitia –intervino el Presidente de la Mesa Directiva -si me permite, como se dice coloquialmente y sin intención de faltarle al respeto, a usted y a este recinto, déjeme explicarle que triunvirato es un gobierno de tres cabezas o partidos y trigarante se refiere al famoso Ejército Trigarante de finales de la Independencia de nuestra gloriosa Nación y su nombre significaba que defendía la Religión Católica como única tolerada en la nueva nación, Independencia de México hacia España, y Unión entre los bandos de la guerra.
-Exactamente, señor Presidente de la Mesa Directiva, por eso propongo un Gobierno Trigarante, que se comprometa a acabar con la inseguridad, a acabar con la corrupción y a crear suficientes empleos para toda la población sin trabajo…

Desde la bancada del Harlem del partido de Izquierda Radical Simultánea (denominada así porque a la menor provocación se lanza a una elección simultáneamente aliado con la derecha más rancia) alguien grita:
-¿De cuál fumaste Amaro?
-Aispitia –con flema de la colonia Clavería casi llegando a la doctores, se defiende- de la que me dio su señora ayer en el hotel…
-Compañeros diputados –vuelve a intervenir el Presidente de la Mesa Directiva- favor de mantener el debate a la altura de este recinto y, así, evitar invectivas y, si pueden mentadas de madre así como hacerse la famosa seña y decir ¡mocos!-
-No sea puñal señor Presidente- Interviene una compañerita de Izquierda Radical Simultánea.

Rasposa Patria...

Por Benedicto Dos Equis


Cierta melancólica tarde de 1907, Ramón López Velarde estaba en el rincón de una cantina, oyendo una canción que el pidió, le estaban sirviendo en ese momento su tequila
y ya iba su pensamiento rumbo a un lugar cercano a su corazón. El sabía que su recuerdo era su desgracia y que iba allí “no más p'a recordar que amargas son las cosas que nos pasan cuando hay una Patria que paga mal.
Ciertamente el temible perro negro de la depresión dominaba el ánimo del vate. Porque, precisamente a aquello que le amargaba la vida le quería cantar. Trataba de inspirarse y atraía a las musas con grandes tragos del Demonio de los Ojos Verdes, vulgarmente conocido como ajenjo. Su apasionado amor por México lo impelía a cantarle a pesar que tanto dolor le provocaba: su Patria.

Quería empezar por describirla, ¿pero cómo? México era tan grande y tan diverso que un solo adjetivo no podía abarcarlo todo. Y, por ejemplo, Patria árida era desolador; rugosa resultaba injusto; húmeda sonaba lascivo; verde le sonaba a mercado… y así el pobre López Velarde recorría su repertorio hasta que, súbitamente, se le iluminó el rostro: suave; suave Patria. Encantado de la vida y con renovada creatividad el vate se lanzó sin parar, aunque con sus cursilerías:
Suave Patria: te amo no cual mito,
sino por tu verdad de pan bendito;
como a niña que asoma por la reja
con la blusa corrida hasta la oreja
y la falda bajada hasta el huesito.
Suave Patria:
El Niño Dios te escrituró un establo
y los veneros del petróleo el diablo.
Por ello lo que es bendición en unos
Maldición viene siendo p'a nosotros


Y cómo ve que el vate nos resulto profético, porque, si somos francos, el petróleo no nos ha traído sino sinsabores -más sin que sabores-. Que don Lázaro lo expropia y de milagro no ocurrió uno de los tan socorridos cuartelazos de la época, patrocinado por las petroleras afectadas, luego se crea una empresa, PEMEX, que explotará pozos, refinará el producto y lo venderá barato fuera de México mientras nosotros compramos petróleo extranjero carísimo; la empresa se vuelve el botín de varias generaciones de líderes sindicales entrenados por la familia Gambino, de Nueva York, y se transforma en el cochinito del gobierno en turno. Es bandera de demagogos y está a días de quedarse producto. Para colmo el único petróleo que nos queda está a tal profundidad que con la tecnología que tenemos no llegamos y no hay dinero para comprar la que se necesita…
Pero no importa porque los extranjeros son generosos y no guardan resentimientos. Así, cuando el oro negro se acababa, British Petroleum generosamente nos regala producto y facilito de recoger, pues viene flotadito por las aguas del Golfo y llegará directo a las refinerías de Veracruz… y nuestros congresistas se rasgan las vestiduras por la “contaminación”, ¿contaminación? Cuál, pura ayuda desinteresada.
Tres hip, hip hurray por British Petroleum.

¡A las estrellas y más allá, con la AEG!

Por Benedicto Dos Equis


México podrá no ser muchas cosas, pero de que es un país curioso, lo es. Por ejemplo, hace un par de meses anunciaron la creación de la Agencia Espacial Mexicana. Si quiere que le sea franco –y aunque no quiera lo voy a ser- no estoy muy seguro cómo me sentí, si henchido de orgullo patrio o con una vaga sensación de pena ajena.Y es que tan sólo de imaginar cómo sería esta institución es de temblar, muy espacial, muy espacial y lo que usted quiera, pero tan burocrática como todo lo demás de gobierno. Es más yo apostaría doble contra sencillo que para dirigir la AEG (Agencia Espacial Mexicana) pondrían al frente a un abogado o a un administrador público. Y como estamos en tiempos de austeridad, nada de comprarles trajes espaciales nuevos a nuestros astronautas; de segunda mano y adquiridos en Rusia en el mercado negro, junto con un cohete de buen tamaño que se haya cebado en su último lanzamiento para llevar a cabo la primera misión al cosmos.

Que la nave no prende no tiene importancia: usted sabe que cualquier buen mecánico automotriz nacional le compone desde un coche de modelaje hasta un tren bala, de modo que si se le da una buena caja de herramientas segurísimo compone el cuete soviético cebado:
-Era un fusible del alternador, lic -diría en plan conocedor-, pero ya le puse papel de estaño y listo ¡hasta la luna y más allá!
Así, México realizaría una auténtica innovación en el campo espacial: el vuelo suborbital rasante. Como dije anteriormente, en tiempos de austeridad se debe ahorrar en todo ¿y usted se imagina cuánta Magna Plus y aceite Mobil Oil menos se necesita si la nave no sale al espacio de a de veras?, ese negro, negro lleno de estrellas. Siendo así, la trayectoria del proyectil sería unos cientos de metros en vertical y luego horizontalmente hasta que se acabe el combustible. Después del vuelo, los camaradas cosmonautas Ramírez y Altamirano serían ascendidos al grado de Coronel Galáctico y se les otorgaría la Medalla al Meritito, es decir, condecoración previa a la del Mérito.

¿Y quién hizo fiestas con esta noticia que nos pondrá a la altura de las naciones del primer mundo? Nadie, silencio absoluto. En cambio le ganamos dos cero a Francia en el mundial y van a ver como al Vasco Aguirre le dan la medalla Ignacio Zaragoza. Ha sido el acontecimiento del último cuarto de Siglo. Ni el Bicentenario ni el Centenario; nada fut, fut fut. A ver qué pasa si nos gana Uruguay. Hordas fuera de sí acabaran con los comercios de Reforma, violaran uruguayas, y francesas y gringas y niñitas bien mexicanas y hasta algunas chachas que van al pan. ¡Temblemos! A estas alturas usted debe estar pensando Bueno, y éste a qué hora empieza a hablar ya en forma de fútbol. En primer lugar, yo le pediría un poco de respeto: cómo que éste. Y en segundo lugar yo, de fútbol, la verdad no sé un rábano, de modo que no tiene sentido hacer comentarios villamelones y exponerme a vituperios varios, además de que el mundial pasó a la historia. Es por eso que hablé del programa espacial ya que yo tengo un título de Doctor en Ingeniería en Informática Cuántica de Tercera Dimensión, lo que me permite hablar de cohetes y de cuetes… ¡Vámonos por las otras, que ya son las doce!

Pélense de Arizona paisanos

Benedicto Dos Equis


¡Qué escándalo con la famosa ley SB1070!, hasta parece que da permiso para matar ilegales y no, que yo sepa, la ley emitida por el senado de Arizona sirve tan sólo para echarlos a puntapiés del país, cosa muy lógica y, si me apura, hasta justa porque hasta donde yo sé los ilegales están, tal cual ilegalmente en EU. Eso, aquí y en China está prohibido no sólo por las buenas costumbres sino hasta por la ley... y con lo fijados que son los gringos en todo el rollo leguleyo, pues imagínese.Si usted me lo pregunta y si no me lo pregunta de todos modos se lo digo porque en esta columna mando yo y usted se calla y lee, los americanos han perdido ese espíritu festivo y aventurero que los llevó a conquistar el Viejo Oeste, como resultado de comer hamburguesas y hotdogs.

Cuando se alimentaban de carne de bisonte, no se andaban con leyecitas mariconas y políticamente correctas. En el momento en que decidieron que los indios nativos de Norteamérica no eran residentes legales en los territorio conquistados por el hombre blanco, sacaron pistolas, rifles y cañones y sencillamente acabaron con ellos: esa fue su ley SB1070 de aquel tiempo, cuando la testosterona servía para algo más que golpear a la señora cuando ha hecho algo que lo amerite; que por lo general es varias veces al día.
Ahora puede decir que mi argumento es incongruente, y así como me lo puede decir yo lo puedo ignorar, cosa que ahora mismo hago y continúo. Decía que puede parecer que mi argumento es incongruente porque si el asunto es de testosterona, se cae por sí mismo porque en Arizona hay gobernadora: Jan Brewer. Y sí, de eso presume ella, ¿pero ya vio una foto suya? Nada más le falta bigote.

Finalmente que podíamos esperar de los gringos si ya sabemos que son pérfidos y cabreras. En todo caso, por qué no en vez de rasgarnos las vestiduras no echamos mano de un recurso bien bíblico y bien piadoso: la venganza. Desde esta humilde y patriótica tribuna propongo que se realice un plebiscito con el objeto de votar que se solicite a la H. Cámara de Diputados que redacte una ley para expulsar a los norteamericanos que vivan en México. Esta ley, al contrario de la de allá, no estaría dirigida a indocumentados gringos, sino a todos los gringos, legales e ilegales y hasta al embajador Pascual. Y cuando nos pregunten los gringos que base legal tiene esta medida les informamos que la ley SB54 PAQUE VEAN CABRONES.