jueves, 28 de enero de 2010

Chenchualidad nacional revolucionaria

Por Benedicto Dos Equis

Ya si uno se va a decidir por lo que el país produce en vez de productos asiáticos, para qué entrar en amasiato con una muñeca de Olinalá, tiesa y poco cariñosa, cuando mucho más cerca tenemos a la compañera Beatriz, que con un poco de valor revolucionario nos puede funcionar para amainar las pasiones nacionalistas y carnales mientras aprendemos de política de altura. Cómo añoro un abrazo de la dama...


lunes, 25 de enero de 2010

LO TIPICO DEL MEXICANO

Por Vicente Nario
Y es que también en San Juan hace aigre. ¿A poco creen esos de los ojitos rasgados que nos van a andar impresionando con sus sofisticadas perversiones? Por acá también tenemos nuestras muñecotas, que aunque son un poco más acartonadas no le piden nada de chenchualidad a las de los nipones. Juzgue uste' y consuma lo que el país produce.

A falta de pan...

Por Benedicto Dos Equis


Esta chiquita es Mishiko, conocida también como Mishi. Sus maromas son legendarias, y eso que no trabaja en un circo; talonea en casa de Madame Ming donde hace felices a propios, extraños y proveedores, por módica suma. Mishiko es culta y cariñosa, más cariñosa que culta pero, y qué, para lo que usted la querría no es necesario haber leído la Guerra y la Paz; con una buena repasada del Kamasutra tiene. ¿O por qué cree usted que viste como viste? ¿Realmente piensa que es una escolar? Ja, Ingenuo.
SI NO TE PUEDES LIGAR A UNA DE ESTAS...



ENTONCES CÓMPRATE UNA DE ESTAS:

Esta nena algo rígida es Nikaido, según su dueño, o Mod. 4762-SX, según el fabricante: Chicas a la medida. Estas nenas plásticas son la solución ideal en vez de "lavar en casa", es decir, efectuar ese ritual tan solicitado entre viudos, separados, solteros y muchos casados que consiste en, por ponerlo educadamente, sustituir a la señora por la mano. Nikaido, como puede apreciar, le ofrece todo lo que le ofrece the real thing, con algunas desventajas como el calor de la piel, su plasticidad y el alma, a cambio de ciertas ventajas: ni quiere ponerse cariñosa después de hacerlo, ni desea externar sus dudas existenciales, de modo que usted, con toda tranquilidad, puede pedir una pizza y dedicarse a cambiar los canales de la tele con el control remoto. Así, si ella no exalta su virilidad, el dominio de la televisión se lo dará.