viernes, 1 de mayo de 2009

Influenza humana y la epidemia de mentiras

Por Benedicto Tres Equis
Es probable que entre los anuncios que hará pronto el secretario de salud, respecto a las consecuencias que acarrea el multinombrado virus mutante, esté el hecho de que afecta gravemente los circuitos cerebrales de la memoria de funcionarios mexicanos o que altera las encimas de la verdad o que ataca el sistema de la inmuno-honestidad.
Y uno de los primeros a los que habrá que hacer una de las famosas pruebas rápidas es a su achichincle el director del Centro Nacional de Vigilancia Epidemiológica, Miguel Angel Lezana, quien el jueves en la noche dijo a AP (Associated Press) que México notificó a la Organización Panamericana de la Salud (brazo regional de la OMS) un brote inusual de influenza y neumonía, pero pasaron al menos 48 horas hasta que el organismo mundial tuvo conocimiento formal, cuando tendría que ser inmediato. Eso, dicen, fue el jueves. Pero el viernes, en el programa de radio del mentado ticher López Dóriga (por qué será que a todos los López parece que les hace falta el segundo apellido para estar completos, ahí tienen a López Obrador, a López de Santa Anna e incluso al alburero López Caste) el caso es que al día siguiente el señor Lezana reculó y dijo que hubo una "confusión involuntaria".
Como si no fuera suficiente el agobio que nos da a los mexicanos por andar contagiando a media humanidad (literalmente dicen las autoridades sanitarias) tiene uno que andar pasando penas ajenas por funcionarios mentirosos ¿Hasta cuándo entenderán que ya no viven enun pueblito aislado en donde podían decir que no era cierto lo que acababan de afirmar? Por cierto que  Lezana ha sido de los que más se han pitorreado con ese asunto de lo innecesario y absurdo que es el usar cubrebocas. Allá el y su conciencia.

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