jueves, 14 de mayo de 2009

Tu antes no eras así...

Por Benedicto Dos Equis


Famosas últimas palabras: “tú antes no eras así”. Claro que no, ni yo ni los tres mosqueteros, de allí viene el famoso “no es lo mismo los tres mosqueteros que veinte años después. Y, entonces, si a los famosos espadachines les está permitidos cambiar, ¿porque a uno no?, ¿acaso uno es hijo de gendarmen? No, uno tiene todo el derecho a ser diferente, lo malo es que lo echen en cara.
El “tú antes no eras así”, es probablemente el más típico de los reproches femeninos. Los hombres podemos reclamar otras cosas y de diferente manera, pero no me imagino a ninguno de mis amigos en una de esas sesiones tormentosas de cubas, ya entrados en las necedades del estilo de “te quiero como a un hermano”, que de pronto se enoje empiece a moquear y con ojos llenos de lágrimas me suelte un aguardentoso “tú antes no eras así”. Me mentará la madre, me podrá decir que soy un hijo de la chingada, igual me arroja la cuba a la cara y luego me patea a mansalva, pero salirme con que yo no era así antes, nunca. Porque, como dije, “tu antes no eras así” sólo lo dicen las mujeres y no todas. No es un reproche de noviazgo, no hay tiempo para eso todavía.

Es un reproche que se añeja, que necesita el paso del tiempo que otorga el matrimonio. Y, además, sólo se da cuando en la pareja hay un crecimiento desigual, cuando sólo uno cambia junto con los cambios en todos los ámbitos. Entonces es un reproche clásico de esposa. En los maridos no aplica porque si la señora les cambia, generalmente a mejor, se asustan y entonces en vez de decirle “tú antes no eras así”, van y se consiguen una que sí lo sea, por lo general de modelo más nuevo. Pero las esposas no. Si ellas siguen igual después de 20 años de matrimonio, cuando en la televisión el Rintintín de la nueva versión es gay, entonces lo mejor que se les ocurre es echarle en cara al marido que él antes no era así. Yo me pregunto, ¿porque no le dirigen el reproche a la realidad?, que es la culpable del cambio. Uno es tan sólo un subproducto de la adaptabilidad.
Ah, no. “Tú antes no eras así”, desde la manzana no hemos parado de pagar los platos rotos.

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